Es necesario triunfar en la vida. Si Ud. quiere verdaderamente triunfar, debe comenzar por ser sincero consigo mismo; reconozca sus propios errores. Cuando reconocemos nuestros propios errores, estamos en el camino de corregirlos. Todo aquel que corrige sus errores triunfa inevitablemente.
El hombre de negocios que diariamente culpa a otros de sus propios fracasos y jamás reconoce sus propios errores, no podrá triunfar. Recuerde que los grandes criminales se consideran a sí mismos como santos. Si visitamos una penitenciaría, comprobamos que ningún ladrón o criminal se considera culpable. Casi todos se dicen a sí mismos: "yo soy inocente". No caiga Ud. en el mismo error; tenga el valor de reconocer sus propios errores. Así también se evitará males peores.