Gnosis Trascendental TV

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lunes, 14 de mayo de 2012

LA ORACION EN EL TRABAJO


        Observación, juicio y Ejecución, son los tres factores básicos de la disolución. Primero: se observa. Segundo: se enjuicia. Tercero: se ejecuta. A los espías en la guerra, primero se les observa; segundo se les enjuicia; Tercero se le fusila.
En la inter-relación existe auto-descubrimiento y auto-revelación. Quien renuncia a la convivencia con sus semejantes, renuncia también al auto-descubrimiento.
Cualquier incidente de la vida por insignificante que parezca, indubitablemente tiene por causa un actor íntimo en nosotros, un agregado psíquico, un «Yo».
El auto-descubrimiento es posible cuando nos encontramos en estado de alerta percepción, alerta novedad.
«Yo» descubierto in fraganti, debe ser observado cuidadosamente en nuestro cerebro, corazón y sexo.
Un «Yo» cualquiera de lujuria podría manifestarse en el corazón como amor, en el cerebro como un ideal, más al poner atención al sexo, sentiríamos cierta excitación morbosa inconfundible.
El enjuiciamiento de cualquier «Yo» debe ser definitivo. Necesitamos sentarle en el banquillo de los acusados y juzgarle despiadadamente.
Cualquier evasiva, justificación, consideración, debe ser eliminada, si es que en verdad queremos hacernos conscientes del «Yo» que anhelamos extirpar de nuestra psiquis.