En todo este ir y venir de las cosas llegaremos cada uno de nos a diversas conclusiones:
“El mundo no está compuesto de un sistema sino de muchos sistemas y esto es lógico, tiene una respuesta. Son asociaciones psicológicas del mundo para reunir por afinidades a todas las personas que en él habitamos”.
Cuando alguien comprende esto ve la necesidad de producir dentro de si sus sistemas de trabajo y de vida; por ende todos sus actos y sus hechos los somete a análisis y a comprensión.
En el camino de la vida se encuentra uno con personas que van y otros que vienen. Nosotros no podemos decir que vamos, ni que venimos. Todo depende de lo que perseguimos, de lo que buscamos.
En cada extremo de este camino se encuentra un objetivo de lo que podemos descifrar así: “El cielo o el abismo”, por lo tanto, cuando una persona va del cielo hacia el abismo y se encuentra con otra que va en sentido contrario, lo más usual es decir: “Este viene y yo voy, o viceversa, pero... ¿de dónde viene y hacia dónde va?”
Alguien sentado frente a un Altar vio que un Ángel descendía y dijo: “Aquel Ángel viene”, pero el Ángel, mirando a quien estaba en el Altar, se dijo: “Aquel hombre viene”.
¿Quién iba a quién?