Los siete tipos de Hombres
Por el V.M. SAMAEL AUN WEOR
La Mecanicidad Lunar
Si observamos cuidadosamente cualquier día de nuestra vida, veremos que, ciertamente, no sabemos vivir conscientemente.
Nuestra vida parece un tren en marcha, moviéndose en los carriles fijos de los hábitos mecánicos, rígidos, de una existencia vana y superficial.
Lo curioso del caso es que jamás se nos ocurre modificar los hábitos, parece que no nos cansamos de estar repitiendo siempre lo mismo. Los hábitos nos tienen petrificados, mas pensamos que somos libres; somos espantosamente feos, pero nos creemos "Apolos"; somos GENTE MECANICA, motivo más que suficiente como para carecer de todo sentimiento verdadero de lo que se está haciendo en la vida.
SAMAEL AUN WEOR
Llevamos una vida mecanicista, tenemos hábitos que repetimos incesantemente, nuestros hábitos son los mismos de siempre, no los cambiamos: nos levantamos a tal hora, comemos determinados alimentos, nos acostamos a otra hora; el carril del trabajo es el mismo, decimos lo mismo que siempre, es decir, somos entes totalmente mecánicos, no tenemos conciencia de nosotros mismos.
¿Quiénes somos, de dónde venimos, para dónde vamos, cuál es el objeto de nuestra existencia, porqué existimos, para qué existimos?. Nada sabe el pobre animal mecánico sobre estas cosas y eso es doloroso. Obviamente toda esta mecanicidad es LUNAR en un ciento por ciento.
Ya ven ustedes la fuerza que tiene la Luna: ella produce las altas y bajas mareas; la Luna hace que, en creciente, la savia de los vegetales ascienda hasta la parte superior del árbol; en menguante, la savia tiende hacia las raíces. La Luna, ya sea que esté nueva, o en creciente, o llena, o en menguante, influye sobre nosotros en forma definitiva. Si se cortan las maderas en menguante, tienen un resultado; en creciente, otro resultado. Los antiguos sembraban en menguante, porque sí sabían que de ese modo, podía la madera ser mejor, los frutos mejor, etc. En creciente, todo tiende a crecer, a subir, a ascender.
Así, mis queridos hermanos, la mecanicidad lunar está completamente demostrada; la Luna es como una pesa que hace mover toda la mecánica de la Naturaleza.
Nosotros cargamos esa Luna en nuestro interior, somos lunares, criaturas mecánicas, y obviamente, influye ésta en forma decidida sobre nuestra psiquis.
Ha llegado la hora de ir comprendiendo todas estas cosas...
No hay duda de que la Tierra, la Luna, el Sol, la Galaxia en que vivimos, están también dentro de nosotros (desde el punto de vista psicológico). Incuestionablemente, el Sol está más elevado que la Luna en la escala de los mundos, y la Galaxia en que vivimos, indubitablemente está más elevada que el Sol, que la Luna, que la Tierra; eso es obvio.
Pero repito: así como existe un Universo físico, visible y tangible, un Universo material, radiante, que todo el mundo puede ver, así también, es cierto y de toda verdad que existe un UNIVERSO PSICOLOGICO dentro de nosotros; esto quiere decir que dentro de nosotros debemos crear, en forma similar, nuestro universo psicológico.
Si queremos libertarnos de la influencia mecánica de la Luna, habremos de empezar por crear en nuestro interior una LUNA DE TIPO PSICOLOGICO. Si nosotros creamos en nuestro interior una Luna Psicológica, nos libertamos de la influencia mecánica de la Luna, de esa influencia mecánica fatal que cargamos en nuestro interior.
Tenemos un CENTRO MECANICO y éste está bajo la radiación mecánica de la Luna que vive en nosotros. Hay necesidad de crear una LUNA PSICOLOGICA CONSCIENTE; quiero decir con esto que debemos crear un CENTRO DE GRAVEDAD CONSCIENTE, en vez de un CENTRO DE GRAVEDAD MECANICO.
Si creamos intencionalmente una Luna de tipo Psicológico, obviamente creamos, de hecho, un Centro de Gravedad Consciente. Esta Luna Psicológica desplazaría a la Luna mecánica que en nuestro interior cargamos y dejaríamos, por tal motivo, de ser nosotros entes mecánicos, unos muñecos que otros mueven.
Ahondando en esta cuestión, diremos: para poder crear un Centro de Gravedad Consciente, se necesita de una TERCERA FUERZA y esa TERCERA FUERZA no es otra que el Trabajo Gnóstico Esotérico, Crístico. Mediante esa TERCERA FUERZA fabricamos, creamos el Centro de Gravedad Consciente.
Los Siete Tipos de Hombres
Así que, existen dos tipos de Humanidad: al uno lo llamaríamos la HUMANIDAD MECANICA y al otro lo llamaríamos la HUMANIDAD CONSCIENTE.
Para pasar del Centro de Gravedad Mecánico al Centro de Gravedad Consciente, hay que trabajar, hay que apelar a esa TERCERA FUERZA, cual es la del Trabajo Gnóstico sobre sí mismos, aquí y ahora.
EL HOMBRE NUMERO 1
Es el hombre meramente instintivo, mecanicista; en él predominan los centros del instinto y el mecánico, o motor.
EL HOMBRE NUMERO 2
Es el individuo emocional, un individuo que se mueve en el mundo de las emociones inferiores, de las pasiones, de los deseos animales, etc.
EL HOMBRE NUMERO 3
Es el hombre meramente intelectual, el hombre que está razonando todo el día, toda su vida; que fundamenta todas sus actividades, exclusivamente en el centro intelectual.
Los hombres número 1, 2 y 3, forman el círculo de "CONFUSION DE LENGUAS"; los hombres 1, 2 y 3 son la "TORRE DE BABEL", porque en este círculo hay confusión de lenguas: el intelectual no entiende al hombre emocional; el instintivo, no entiende al emocional; el emocional no entiende al intelectual; el emocional tampoco entiende al instintivo ni el instintivo al emocional... Allí hay confusión de lenguas, nadie entiende a nadie. El hombre intelectual dice una palabra y aquel otro lo entiende a su modo; si un hombre intelectual afirma algo y se lo dice a un hombre emocional, el hombre emocional no entenderá al intelectual: interpretará las palabras del intelectual de acuerdo con sus emociones, le dará una traducción completamente diferente. A su vez el hombre instintivo, cuando dice algo, el intelectual lo escucha a su modo, lo interpreta de la manera que le parece es correcta... El emocional no podría tampoco entender al instintivo; cuando afirma algo el instintivo, no lo entiende. Total, que aunque se hable el mismo idioma en un país, los hombres 1, 2 y 3 no se entienden entre sí, viven en el círculo de la "confusión de lenguas", en el círculo de "Babel". Allí nadie entiende a nadie; cuesta mucho trabajo que los hombres 1, 2 y 3 se entiendan entre sí. Los hombres número 1, 2 y 3