LA CARIDAD
Es una facción del alma. La persona que no tiene caridad no puede aspirar en la vida a ser amado, ni mucho menos sabe amar, una persona sin caridad es vacía, hueca, no siente en su corazón a ese elemento estabilizador que se llama AMOR.
En un hogar debe haber infinita caridad y misericordia para que podamos ubicarnos en el lugar de nuestros semejantes, comprenderlos, mirar que cada criatura tiene una estructura humana que es débil, que sufre y que cada uno de los miembros de la familia debe tener una sensibilidad humana, para comprenderlo, para ayudarlo y sobre todo para perdonarlo.
Recordemos que el Amor no tiene la culpa de los desmandes que comete el ego.
Donde no hay caridad, no hay posibilidad de conciliación, de perdón y sobre todo de mantener esa constante en el amar y en la paz;, la persona cruel, goza de ver a otra persona derramar las lágrimas, goza viéndola sufrir.
En la pareja debe existir siempre una palabra de aliento, una palabra de perdón al cónyuge, se le debe demostrar con hechos que nosotros gozamos con su felicidad y que nos duele cuando tiene padecimientos o sufrimientos.
Una persona sin caridad siempre vivirá sumida en el dolor, en el sufrimiento, en el desamor y quiere a toda hora que las personas que le rodean también sufran como él; no reconoce que sus culpas, son sus culpas y que nada tiene que ver con los demás.
La caridad debe ser un elemento determinante en la educación de sus hijos, enseñándoles que la dureza de corazón lo aleja de la presencia de DIOS.
La caridad es algo que hace parte de aquella nobleza que se debe tener para ser santo, es necesario cultivar la armonía de la caridad, haciéndonos sentir felices con el triunfo ajeno.
Es necesario expandir por la faz de la tierra la caridad y la misericordia como dotes que el CRISTO nos da para servir al mundo.
Si nosotros con un gesto con una palabra o una acción, vamos hacer sentir mal a nuestro cónyuge, no lo hagamos; eso es falta de caridad, la paz y la armonía que hay en nuestro cónyuge y las personas que nos rodean, nos inundaran a nosotros de felicidad, la caridad hecha con cualquier criatura de la creación nos trae felicidad, armonía y abundancia.
Recuerda que la caridad bien suministrada nos acerca de momento a momento a ese gran dote que todo ser humano necesita: ser perdonados, ser ayudados por esa gran providencia de DIOS.
Quien tiene caridad, nunca estará sólo en el momento de su muerte siempre estará un PADRE y una MADRE y un CRISTO para rescatarlo.
V. M. LAKHSMI, MONASTERIO LUMEN DE LUMINE, OCTUBRE DE 1998
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