"La Atención Consciente excluye eso que se llama Identificación. Cuando nos identificamos con las personas, con las cosas, con las ideas, viene la Fascinación, y esta última produce el SUEÑO DE LA CONCIENCIA".
Este tema trata de la transformación de uno mismo. En pasadas pláticas tratamos sobre la importancia que tiene la vida en sí misma. Dijimos también que un hombre es lo que es su vida y que éstas es como una película. Al desencarnar nos la llevamos para vivirla en forma retrospectiva en el Mundo Astral y que al retornar nos la traemos para proyectarla otra vez en la pantalla del Cuerpo Físico.
Es claro que la Ley de Recurrencia existe y que todos los acontecimientos se repiten, que todo vuelve realmente a ocurrir como sucedió más las consecuencias buenas o malas. Es claro que la transformación de la vida es posible si uno se lo propone profundamente.
Transformación: Significa que una cosa cambia en otra cosa diferente. Es lógico que todo es susceptible a cambios.
Los Alquimistas de la Edad Media hablaban de la transformación del plomo en oro. Sin embargo, no siempre aludían a la cuestión metálica meramente física. Normalmente querían indicar con tal palabra, la transformación del Plomo de la Personalidad en Oro del Espíritu. Así pues, conviene que reflexiones en todas estas cosas.
En los Evangelios, la idea del hombre terrenal comparable con una semilla capaz de crecimiento, tiene la misma significación. Como la tiene también la idea del renacimiento: Un hombre que nace otra vez. Es obvio que si el grano no muere, la plante no nace.
EN TODA TRANSFORMACION EXISTE MUERTE Y NACIMEINTO.
En la Gnósis consideramos al hombre como una fábrica de tres pisos que absorbe normalmente tres alimentos:
1- El alimento común. Normalmente corresponde al piso inferior de la fábrica, a la cuestión del estómago.
2- El Aire. Está en el segundo piso, que se halla relacionado con los pulmones.
3- Las Impresiones. Indubitablemente están íntimamente asociadas al cerebro o tercer piso. Tenemos: IMPRESION – CEREBRO, AIRE – PULMONES, ALIMENTO – ESTOMAGO.
El alimento que comemos sufre sucesivas transformaciones. Esto es incuestionable. El proceso de la vida en sí misma, por sí misma, es Transformación. Cada criatura del Universo vive mediante la transformación de una sustancia en otra. El vegetal, por ejemplo, transforma el aire, el agua y las sales de la tierra en nuevas sustancias vitales, en elementos vitales para nosotros (frutas, etc.). Así pues, todo es transformación.
Por la acción de la luz solar, varían los fermentos de la naturaleza. Es incuestionable que la sensible película de la vida que normalmente se extiende sobre la faz de la tierra, conduce a toda la fuerza Universal hacia el interior mismo del Mundo Planetario. Pero cada planta, cada insecto, cada criatura, el mismo “Animal Intelectual” equivocadamente llamado hombre, absorbe, asimila determinadas fuerzas cósmicas y luego las transforma y las transmite inconscientemente a las capas interiores del organismo planetario. Tales fuerzas transformadas, se halla íntimamente relacionadas con toda la economía del Organismo Planetario en que vivimos. Indubitablemente, cada criatura según su especie, transforma determinadas fuerzas que luego retransmite hacia el interior de la Tierra para la economía del Mundo. Así pues, cada criatura que tenga su existencia cumple la misma función.
En todo existe transformación. Así pues, la epidermis de la Tierra es un órgano de transformación. Cuando comemos un alimento tan necesario para nuestra existencia, éste es transformado, claro está, en etapas tras etapas. ¿Quién realiza dentro de nosotros ese proceso de transformación de sus sustancias? El Centro Instintivo, tan sabio es tal Centro, realmente es asombroso la Sabiduría de dicho Centro. La digestión en sí misma es transformación. El alimento en el estómago, es decir, en la parte inferior de la fábrica de tres pisos de este organismo humano, sufre transformaciones. Si algo entra sin pasar por el estómago, el organismo no podría asimilar sus principios vitamínicos, ni sus proteínas. Eso sería sencillamente una indigestión. Así, conforme nosotros vamos reflexionando en esta cuestión, llegamos a comprender la necesidad de pasar por una Transformación.
Claro está que los alimentos (físicos) se transforman. Pero hay algo que nos invita a la reflexión, y es la Transformación adecuada de las Impresiones. Para el propósito de la Naturaleza propiamente dicho, no hay necesidad alguna de que el “Animal intelectual” transforme las Impresiones por sí mismo. Resultaría magnífico transformar las Impresiones. La mayoría de las gentes como ven el terreno de la vida práctica, creen que este mundo físico les va a dar lo que buscan y anhelan. Realmente ésta es una tremenda equivocación. La vida en sí misma entra en nosotros, a nuestro organismo, en forma de meras impresiones. Uno no podría realmente transformar su vida si no transforma las Impresiones que llegan a la mente.
No existe realmente tal cosa como la vida externa. Estamos hablando de algo muy Revolucionario, pues todo el mundo cree que el físico es lo real. Pero si nos vamos un poquito más a fondo, lo que realmente estamos recibiendo a cada momento, a cada instante, son Impresiones. Si viéramos a una persona que nos agrada o desagrada, lo primero que obtenemos son Impresiones de esa naturaleza. La vida es una sucesión de Impresiones. No como creen muchos ignorantes ilustrados: una cosa física de tipo exclusivamente material.
La realidad de la vida son sus Impresiones. Claro está que las ideas que estamos emitiendo resultan muy difíciles de captar, de aprehender. La persona que vemos sentada, por ejemplo, en una silla con tal o cual traje de color, aquél que nos saluda, aquél que nos sonríe, etc., son para nosotros cosas reales, ¿Verdad? Pero si meditamos profundamente en todas ellas, llegamos a la conclusión que lo real son las Impresiones. Estas, naturalmente, llegan a la Mente por la ventana de los sentidos. Si no tuviéramos los sentidos, por ejemplo, ojos para ver, oídos para oír, ni boca para gustar los alimentos, ¿Existiría para nosotros eso que se llama Cuerpo Físico? Claro que no, absolutamente no. La vida nos llega en forma de Impresiones y es allí donde existe la posibilidad de Trabajar sobre nosotros mismos.
Ante todo, ¿Qué debemos hacer? Hay que comprender el Trabajo que debemos hacer. ¿Cómo podríamos lograr una transformación psicológica en sí mismos? Pues efectuando un Trabajo sobre las Impresiones que estamos recibiendo a cada momento, a cada instante. Este primer trabajo recibe el nombre de Primer Choque Consciente. Este, se relaciona con esas Impresiones, que son todo cuanto conocemos del mundo exterior que estamos recibiendo. ¿Qué tamaño tienen las verdaderas cosas o las verdaderas personas? Necesitamos transformarnos cada día internamente. Al querer transformar nuestro aspecto psicológico, necesitamos Trabajar sobre las Impresiones que entran en nosotros.
¿Por qué llamamos el Trabajo sobre la transformación de las Impresiones el Primer Choque Consciente? Porque el choque es algo que no podríamos observar en forma meramente mecánica. Esto jamás podría hacerse mecánicamente, se necesita un esfuerzo auto – consciente.
Es claro que cuando se comience a comprender este trabajo, se comienza a dejar de ser hombre mecánico que sirve a los fines de la Naturaleza. Y esto va en contra de nuestra Auto – Realización Intima. Ustedes pues, empiezan a comprender el significado ahora de todo cuanto digo. Si piensan ahora en el significado de todo cuanto se les enseña aquí por la vía del esfuerzo propio, empezando por la observación de sí mismo, verán que en el lado práctico esotérico todo se relaciona íntimamente con la transformación de las energías y lo que resulta naturalmente de las mismas.
El trabajo por ejemplo, de las reacciones negativas sobre los estados de ánimos enojosos, sobre la cuestión ésta de la identificación, sobre la auto – consideración, sobre los Yoes sucesivos, sobre la mentira, sobre la auto – justificación, sobre la disculpa, sobre los estados inconscientes en que nos encontramos, se relacionan con la transformación de las Impresiones.
Así convendrán que en cierto modo el Trabajo en sí, se compara a la decisión en el sentido de que es una transformación. Es necesario, pues, que reflexiones en esto, comprendamos lo que es el primer Choque Consciente. Es necesario formar un elemento de cambio en el lugar de entrada de las Impresiones. ¡No lo olviden!
Mediante la Comprensión del Trabajo, ustedes pueden aceptar la vida como un Trabajo realmente. Entonces estarán en un estado constante de recuerdo de sí mismo. Este estado de Consciencia en sí mismo llevará a ustedes al terrible realismo de la transformación de las Impresiones.
Las mismas Impresiones normalmente, o supra - normalmente o supra – normalmente dijéramos mejor, los llevaría a una vida mejor en lo que a ustedes naturalmente respecta. Ya la vida no obrará más sobre ustedes como lo hacía antes. Comenzarán a pensar y a comprender de una manera nueva. Y ésta es, naturalmente, el comienzo de su propia transformación. Pero mientras ustedes sigan pensando de la misma manera, es claro que no habría ningún cambio interior. Transformar las Impresiones de la vida, es transformarse uno mismo. Esta forma enteramente nueva de pensar, puede efectuarse.
Comprenderán ustedes naturalmente: reaccionar contínuamente. Todas esas reacciones forman nuestra vida personal. Cambiar la vida de uno no es cambiar realmente nuestras propias reacciones. Pero la vida exterior nos llega como meras Impresiones que nos obliga a reaccionar.
La vida consiste principalmente en una serie sucesiva de reacciones negativas que se dan como respuesta incesante a las Impresiones que llegan a la Mente. Luego, nuestra tarea consiste en transformar las impresiones de la vida de modo que no provoquen ese tipo de respuesta. Pero para lograrlo es necesario estarnos Auto – Observando de instante en instante, de momento en momento. Es urgente, pues, estar estudiando nuestras propias Impresiones.
No se puede dejar que las Impresiones lleguen de un modo subjetivo, mecánico. Si lo hacemos, equivale a empezar la vida, a empezar a vivir más conscientemente. El individuo puede darse el lujo de que las Impresiones lleguen mecánicamente, pero si no comete semejante error, si transforma las Impresiones entonces comienza a vivir conscientemente, por eso se dice que ese es el Primer Choque Consciente. Tal Primer Choque Consciente consiste en transformar las Impresiones que llegan a la Mente en el momento de su entrada, siempre se puede trabajar en el resultado de las mismas. Claro está que caducan sin efecto mecánico, que siempre suelen ser desastrosas en el interior de nuestra Psiquis.
Una vibración definida del Trabajo, una valoración de la Enseñanza, significa que este Trabajo Esotérico Gnóstico debe ser llevado hasta el punto donde entran las Impresiones y son distribuidas mecánicamente en lugares equivocados por la Personalidad para evocar las antiguas reacciones.
Voy a tratar de simplificar esto: Por ejemplo, si arrojamos una piedra a un lago cristalino, se producen en él Impresiones, y las respuestas a esas Impresiones dadas por la piedra se manifiestan en ondas que van desde el centro a la periferia, ¿Verdad? Bueno, ahora este ejemplo. A la Mente, imaginémosla un momento como un lago, de pronto aparece la imagen de una persona. Esa imagen es como la piedra de nuestro ejemplo que llega al lago de la mente, entonces la mente reacciona en forma de Impresiones, ¿Verdad?; digo, en forma de Reacciones.
Las Impresiones son las que producen la imagen que llega a la Mente, las Reacciones son las respuestas a tales Impresiones. Si ustedes tiran una pelota contra un muro, el muro recibe la Impresión. Luego viene la Reacción, que consiste en el regreso de la pelota a quien la mandó. Bueno, puede que no llegue directamente pero de todas maneras rebota la pelota y eso es Reacción.
El mundo pues, está formado por Impresiones. Por ejemplo, nos llega la imagen de una mesa a la mente a través de los sentidos. No podemos decir que ha llegado la mesa o que la mesa se ha metido en nuestro cerebro, eso sería absurdo. Pero sí está metida la imagen de la mesa. Entonces nuestra mente reacciona inmediatamente diciendo: Esta es una mesa, que es de madera o de metal, etc. Bien, ahora, hay Impresiones que no son agradables, por ejemplos las palabras de un insultador, ¿No? Podríamos transformar esas palabras del insultador. Las palabras son como son. Entonces, ¿Qué podríamos hacer? Transformar las Impresiones que tales palabras nos producen. Sí, eso es posible.
La Enseñanza Gnóstica nos enseña a cristalizar la 2da. Fuerza ( el Cristo) en nosotros mediante un postulado que dice: “HAY QUE RECIBIR CON AGRADO LAS MANIFESTACIONES DESAGRADABLES DE NUESTROS SEMEJANTES”. He ahí el modo de transformar las Impresiones que producen en nosotros las palabras de un insultador. Este postulado nos llevará naturalmente hasta la cristalización de la 2da. Fuerza (el Cristo) en nosotros, hacer que el (Cristo) venga a tomar forma en nosotros. Es un postulado sublime, esotérico en un cien por cien.
Si del mundo físico no conocemos sino las Impresiones, entonces propiamente el mundo físico no es tan externo como creen las gentes. Con justa razón dijo Emmanuel Kan: “Lo exterior es lo interior”. Así pues, si lo interior es lo que cuenta, debemos transformar lo interior. Las Impresiones son interiores. Así pues, todos los objetos y cosas, todo lo que vemos existe en nuestro interior en forma de Impresiones que vibran incesantemente dentro de nuestra Psiquis. El resultado mecánico de tales Impresiones han sido todos esos elementos inhumanos que llevamos dentro y que normalmente los hemos llamado Yoes, y que en su conjunto constituyen el Sí Mismo.
Supongamos, por ejemplo, que un individuo vea una mujer provocativa y que no transforme sus Impresiones. El resultado será que las mismas, de tipo naturalmente lujurioso, producen en él el deseo de poseerla. Tal deseo viene a ser el resultado de tipo mecánico de la Impresión recibida, y se cristaliza, toma forma en nuestra psiquis. Se convierte en un agregado más; es decir, en un elemento inhumano que en su totalidad constituye el EGO.
Vamos a seguir reflexionando pues. En nosotros existe Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula.
Ira. ¿Por qué? Porque muchas Impresiones llegaron a nuestro interior y nunca las transformamos. El resultado mecánico de tales Impresiones de Ira, forman los Yoes que existen y viven en nuestra Psiquis y que constantemente nos hacen sentir coraje.
Codicia. Indubitablemente, muchas cosas en nosotros despertaron Codicia: el dinero, las joyas, las cosas materiales de toda clase, etc. Esas cosas, esos objetos, llegaron a nosotros en forma de Impresiones, en otra cosa diferente, en una atracción por la belleza o la alegría, etc…. Tales Impresiones no transformadas, naturalmente se convierten en Yoes de Codicia.
Lujuria: Ya dije que distintas formas de Lujuria llegaron a nosotros en forma de Impresiones, es decir, surgieron en el interior de nuestra mente, imágenes de tipo erótico, cuya reacción fue la Lujuria. Como quiera que nosotros no transformamos esas ondas lujuriosas, esas Impresiones, ese sentir lujurioso, ese erotismo malsano, naturalmente que el resultado no se hizo esperar. Fue completamente mecánico, nacieron nuevos Yoes en el interior de nuestra Psiquis, Yoes morbosos.
Nadie podría decir que está viendo un árbol en sí mismo, está viendo la imagen del árbol, pero no el árbol. La cosa en sí, como decía Enmanuel Kant, nadie la ve: se ve la imagen de la cosa, es decir, surge en nosotros la Impresión sobre un árbol, sobre una cosa y estas son internas. El resultado mecánico no se deja esperar. Es el nacimiento de nuevos Yoes que vienen a esclavizar aún más nuestra Conciencia, que vienen a intensificar el sueño en que vivimos.
Cuando uno comprende realmente que todo lo que existe dentro de uno mismo, en relación al Mundo Físico, no son más que Impresiones, comprende también la necesidad de transformar esas impresiones. Y al hacerlo, se produce la transformación de uno mismo. No hay cosa que más duela que la calumnia o las palabras de un insultador. Si uno es capaz de transformar las Impresiones que le producen tales palabras, pues esas quedan sin valor alguno; es decir, quedan como un cheque sin fondo. Ciertamente las palabras de un insultador no tiene más valor que el que les da el insultado. Así que si el insultado no les da valor, repito, quedan como un cheque sin fondo. Cuando uno comprende esto, transforma entonces las Impresiones de tales palabras, por ejemplo, en algo distinto, en Amor, en comprensión para el insultador. Esto, naturalmente, significa Transformación. Así, necesitamos estar transformando incesantemente las Impresiones, no sólo las presentes sino las pasadas.
Dentro de nosotros existen muchas Impresiones que cometimos el error de no haberlas transformado en el pasado. Muchos resultados mecánicos de las mismas son los Yoes que hay que desintegrar a fin de que la Conciencia quede libre y despierta. Las cosas, las personas, dentro de ustedes, dentro de sus mentes. Si transforman esas Impresiones transforman la vida de ustedes. Cuando en uno hay, un ejemplo, una persona orgullosa de su posición social, de su dinero, pero si esa persona piensa por ejemplo, que su posición social es una cuestión meramente mental, que son una serie de Impresiones que han llegado a su mente, Impresiones sobre su estado social, cuando piensa que tal estado no es más que una cuestión mental, o cuando analiza la cuestión de su valor, viene a darse cuenta que su posición existe en su mente en su forma de Impresiones. Esa Impresión que produce el dinero y la posición social, no es más que las Impresiones internas de la Mente. Con el solo hecho de comprender que sólo son Impresiones de la Mente, haciendo transformación de las mismas, entonces el Orgullo por sí mismo decae, se desploma, nace un forma natural dentro de nosotros la Humildad.
Continuando así con estos procesos de la transformación de las Impresiones, proseguimos con algo más. Por ejemplo: Una imagen de una mujer lujuriosa llega a la mente. Tal imagen es una Impresión, obviamente. Nosotros podríamos transformar esa Impresión lujuriosa mediante la Comprensión. Bastaría con que pensemos en ese instante que esa mujer ha de morir y que su cuerpo se desintegrará en la sepultura. Sería esto más que suficiente como para transformar esa Impresión Lujuriosa en Castidad. Si no se transforma, se convertiría en Yoes de Lujuria.
Así pues, conviene que mediante la Comprensión transformemos las Impresiones que surgen en la mente. Creo que van entendiendo que el mundo exterior no es tan exterior como normalmente se cree. Es interior todo lo que nos llega del mundo. No son más que impresiones internas. Nadie podría meter un árbol dentro de su mente, una silla, una casa, un palacio, una piedra. Todo llega a nuestra mente en forma de Impresiones, eso es todo.
Impresiones de un mundo que llamamos exterior y que realmente no es tan exterior como se cree. Conviene, pues, que nosotros transformemos las Impresiones mediante la Comprensión. Si alguien nos saluda, nos alaba, Cómo transformaríamos la Vanidad que tal o cual adulador podría provocar en nosotros? Obviamente las alabanzas, las adulaciones, no son más que Impresiones que llegan a la mente y ésta reacciona en forma de Vanidad. Pero si se transforman esas Impresiones la Vanidad se hace imposible. ¿Cómo se transformaría pues, las palabras de un adulador?
MEDIANTE LA COMPRENSION.
Cuando uno comprende realmente que no es más que un Infinitesimal criatura en un rincón del Universo, de hecho transforma por sí mismo tales Impresiones de alabanza, de lisonja, en algo distinto. Convierte a tales impresiones en lo que son: Polvo, polvareda cósmica. Porque comprende su propia posición. Sabemos que nuestro planeta Tierra es un grano de arena en el Espacio. Pensemos que en la Galaxia en que vivimos, compuesta por millones de mundos, ¿Qué es la Tierra? Es una partícula de polvo en el infinito y nosotros, dijéramos, somos unos micro – organismos dentro de esa partícula. ¿Entonces qué? Si nosotros comprendiéramos esto cuando nos adulan, haríamos una transformación de las Impresiones que se relacionan con la lisonja y la adulación o alabanza, y no reaccionaríamos como resultado en forma de Orgullo, ¿Verdad? Tanto más reflexiones en esto, vemos más y más la necesidad de una transformación completa de las Impresiones.
Todo lo que vemos externo es interior. Si no trabajamos con lo interior vamos por el camino del error, porque no modificamos entonces nuestros hábitos. Si queremos ser distintos necesitamos transformarnos íntegramente. Y si queremos transformarnos, debemos empezar por transformar las Impresiones animales, bestiales, en elementos de la devoción. Entonces surge en nosotros la transformación sexual, la transmutación.
Incuestionablemente, esta cosa de las Impresiones merece ser analizada en forma clara y precisa. La personalidad que hemos recibido o adquirido, recibe las Impresiones de la vida, pero no las transforma porque prácticamente es algo muerto. Si las Impresiones cayeran directamente sobre la Esencia, es obvio que serían transformadas porque de hecho, ella las depositaría en el Centro correspondiente de la Máquina Humana.
La Personalidad es el término que se aplica a todo cuanto adquirimos. Es claro que traduce todas las Impresiones de todos los lados de la vida de un modo limitado y prácticamente estereotipado con arreglo a su calidad y Asociación. A este respecto, en el trabajo se compara a veces la Personalidad como una pésima secretaria que está en la habitación de enfrente, que se ocupa de todas las ideas, conceptos, preconceptos, opiniones, prejuicios. Tiene muchísimos diccionarios, enciclopedias de todo género, libros de referencia, etc., y está incomunicable en los tres Centros, es decir: el Mental, el Emocional y los Centros físicos. Y como consecuencia o corolario, resulta de ello que se pone en comunicación casi siempre con centros equivocados. Esto significa que las Impresiones que llegan son enviadas a lugares equivocados, es decir, a Centros que no le corresponden y producen, naturalmente, resultados equivocados.
Pondré un ejemplo para que ustedes me puedan entender mejor. Supongamos que una mujer atiende con mucha consideración y respeto a un caballero. Claro, las Impresiones que el caballero está recibiendo en su mente son recibidas con la Personalidad y ésta la envía a Centros equivocados. Normalmente la manda al Centro Sexual. Entonces este caballero llega a creer firmemente que la dama está enamorada de él y, como es lógico, no tarde mucho tiempo en que él se apresure a hacerle insinuaciones de tipo amoroso. Indubitablemente, si aquella dama jamás ha tenido esa clase de preocupaciones por el caballero, no deja de sentirse con mucha razón sorprendida. Ese es el resultado de una pésima transformación de las Impresiones.
Vean ustedes cuan mala secretaria es la Personalidad. Indubitablemente, la vida de un hombre depende de esta secretaria que busca mecánicamente la transformación en sus libros de referencias, sin comprender en absoluto lo que significa en realidad, y la transmite, en consecuencia, sin preocupaciones por lo que pueda ocurrir, sintiendo únicamente que está cumpliendo con su deber. Esta es nuestra situación interior.
Lo que importa comprender en esta alegoría es que la Personalidad humana que nosotros adquirimos y debemos adquirir, empieza a hacerse cargo de nuestra vida. Esto es algo demasiado importante, incuestionablemente es inútil imaginar que esto sucede a ciertas y determinadas personas, le sucede a todos, quien quiera que sea.
Es obvio que estas reacciones ante los impactos del mundo exterior, constituyen nuestra propia vida. La humanidad en este sentido, podemos decir en forma enfática que es completamente mecanicistas. Cualquier hombre, en la vida, se ha formado una cantidad de reacciones que vienen a ser las experiencias prácticas de su existencia. Es claro que como toda acción produce una reacción, acciones de cierto tipo vienen a producir reacciones de cierto tipo y a tales reacciones se les llama Experiencias.
Lo importante sería, por ejemplo, conocer mejor nuestras acciones y reacciones, poder relajar la Mente. Esto de relajamiento mental es magnífico. Acostarse en su lecho o en un cómodo sillón, relajar todos sus músculos pacientemente y luego vaciar la Mente de toda clase de pensamientos, deseos, emociones, recuerdos. Cuando la Mente está en silencio podemos conocernos mejor a sí mismos. En tales momentos de quietud y silencio mental, es cuando realmente venimos a verificar en forma directa el crudo realismo de todas las acciones de la vida práctica.
Cuando la Mente se encuentra en reposo absoluto, veremos a multitud de elementos y sub- elementos, acciones y reacciones, deseos y pasiones, etc., como algo ajeno a nosotros. Pero esperan el instante preciso para poder realizar el control sobre nosotros mismos, sobre nuestra Personalidad. He ahí el motivo por el cual vale la pena el silencio y la quietud de la Mente. Obviamente la relajación del entendimiento, en el sentido más completo de la palabra, nos conduce al Auto – Conocimiento individual.
Así es que de toda la vida, es decir, la vida exterior, lo que vemos, oímos y vivimos es para cada persona la reacción frente a las Impresiones que le llegan del Mundo Físico. Es un gran error pensar que lo que es llamado vida, sea una cosa fija, sólida; la misma para cualquier persona. Ciertamente, no hay una sola persona que tenga las misma Impresiones que, con respecto a la vida existan en el género humano, son infinitas.
La vida, ciertamente, son nuestras Impresiones de ella y es claro que nosotros podemos, si nos lo proponemos, transformar tales Impresiones. Pero como se dijo, ésta es una idea muy difícil de comprender, debido a que es tan poderoso el hipnotismo de los sentidos. Aunque parece increíble, todos los seres humanos se hallan en esta de Hipnotismo Colectivo.
Tal hipnosis es producida por el estado residual del abominable Organo Kundartiguador. Cuando se eliminó del ser humano, quedaron los diversos agregados psíquicos o elementos inhumanos que en su conjunto constituyen el Mí Mismo, el Sí mismo. Estos elementos y sub – elementos, a su vez, condicionan a la Conciencia y la mantienen en estado de hipnosis. Así pues, existe la hipnosis de tipo colectivo. TODO EL MUNDO ESTA HIPNOTIZADO.
La Mente está tan enfrascada en el mundo de los cinco sentidos, que no acierta a comprender como podría independizarse de ello. Cree firmemente que es un Dios. Así, nuestra vida interior, la verdadera vida de pensamientos, de sentimientos, sigue siendo confusa para nuestras concepciones meramente razonativas e intelectivas. No obstante, al mismo tiempo sabemos muy bien donde vivimos realmente, nuestro mundo de sentimientos y pensamientos. Esto es algo que nadie puede negar. La vida son nuestras Impresiones y éstas pueden ser transformadas.
Así pues, necesitamos aprender a transformar mejor las Impresiones. Empero no es posible transformar cosa alguna en nosotros si seguimos pegados al mundo de los cinco sentidos.
Como dije en pasadas pláticas, el Trabajo le enseña a uno que si el trabajo es negativo, se debe a la culpa propia. Desde el punto de vista sensorial es que ésta o aquella persona del mundo exterior, a quien uno ve y oye por medio de los ojos u oídos, tiene la culpa. Esta persona, a su vez, dirá que nosotros somos los culpables. Pero realmente, la culpa está en las Impresiones que nosotros tengamos sobre las personas.
Muchas veces pensamos que una persona es perversa cuando en el fondo es una mansa oveja. Conviene mucho aprender a transformar todas las Impresiones que nosotros tengamos sobre la vida. Aprender a recibir, dijéramos con agrado, las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes. Hablando científicamente sobre las Impresiones que llegan a nosotros y del modo de transformarlas, diremos lo siguiente: Las Impresiones que llegan a nosotros corresponden al Hidrógeno 48.
(-)
MUNDO EXTERIOR = IMPRESIONES = PERSONALIDAD
(+) (-)
ESENCIA CENTROS MAQUINA
LUZ YOES
COMPRENSION
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