Nos dice el sabio Parecelso, que existen 5 causas de las enfermedades, a saber:
1.- Ens Astrale –Entidad Astral- (su origen se encuentra en la luz astral)
Ya al reflexionar en todo ello llegamos a la conclusión que nuestros defectos psicológicos son la causa principal de todas las enfermedades, pues la luz astral se transforma en un veneno llamado “Imperil” cuando nos enojamos, sentimos ira, resentimientos, etc., cuando uno tiene pensamientos negativos llenamos de microorganismos ultrasensibles nuestra atmósfera astral que nos roban vitalidad y como consecuencia capacidad para defendernos.
2.- Ens Veneri –Entidad venérea- (Su origen se encuentra en el mal uso de la energía sexual)
Indudablemente la energía sexual es el origen de la vida misma, por lo cual es lógico que al abusar de ella, encontremos como consecuencia la poca producción hormonal y estas son la fuente de la vida, solo hay que reflexionar en el hecho de una persona de edad al enamorarse pone en actividad las fuerzas sexuales y éstas a su vez las demás glándulas, dando como consecuencia vida. Pero los distintos yoes de la pasión animal, de los celos, del adulterio, de la pornografía, etc. hacen que la energía sexual se polarice en su aspecto negativo, se disminuya la producción hormonal y como consecuencia venga la debilidad, la enfermedad y la muerte.
3.- Ens Espirituale –Entidad espiritual- (su origen se encuentra en el mal uso de las fuerzas espirituales de la naturaleza)
La naturaleza tiene su vida, esta vida es inocente, más a través de la mala voluntad de unos, pueden influir en esta vida inocente de la naturaleza para hacer daño, más uno mismo abre las puertas a este tipo de manifestaciones negativas, abre las puertas cuando critica al prójimo, cuando hace mal uso del verbo, de su energía sexual, cuando envidia, cuando se le hace fácil a uno lanzar a los demás palabras impropias, levantar falsos de los demás, etc.
4.- Ens Naturae –Entidad Natural- (su origen se encuentra en el cuerpo vital, aura, sistema nervioso, etc.)
Indudablemente que la pereza, la negligencia, la falta de atención, etc. genera multiplicidad de microorganismos que se adhieren a nuestro cuerpo vital o aura, dañándose el aura matemáticamente se daña el cuerpo físico.
La vida que llevamos ahora, tan acelerada, tan llena de estrés, la intolerancia que tenemos al prójimo, las preocupaciones debido al miedo, la inseguridad, la ira, la violencia, dan como resultado un sinnúmero de enfermedades. A manera de ejemplo sólo hay que pensar que una gran parte de las enfermedades cardiacas tienen su origen en lo antes mencionado.
5.- Ens Dei –Entidad de Dios- (son como consecuencia de lo que hacemos negativamente, karma).
Lo que sembramos eso cosechamos, ya lo dijera el gran maestro Jesús. Si uno siembra rayos, cosechará tempestades. El maestro Buda nos da a entender en el Dhammapada que el presente no es más que el resultado de lo hicimos en el pasado, y que el futuro será la consecuencia de lo que hagamos en el presente.
Un gran número de enfermedades son la consecuencia kármica por los delitos que hicimos en el pasado, delitos que cometimos precisamente por nuestra mala forma de vivir, y esta última por nuestros centenares de imperfecciones que habitan en nuestro interior.
El Yo Psicológico es un veneno que cargamos dentro para la vida, si uno elimina el Yo psicológico, naturalmente traerá como consecuencia salud, pues eliminándose la causa se modificará el efecto.
Muchos de nosotros nos preocupamos por lo que pueda causarnos lo que comemos (y claro, eso no es un delito), pero a veces llegamos al extremo de caer en el fanatismo, y si nos ponemos a reflexionar en que si bien, el abuso de “XX” alimento daña el corazón o el hígado o cualquier parte del organismo, más valor tendría reflexionar en cuánto daña nuestro corazón y sistema nervioso un solo ataque de ira, en cómo afecta nuestro cerebro las preocupaciones nacidas del miedo.
No estamos en contra de que se cuide lo que comemos, sino que sería bueno comprender en que lo más grave, lo que más nos daña el organismo, no le ponemos atención alguna, deberíamos ponerle más atención conciente a lo que vivimos en nuestro espacio psicológico, a esas grandes explosiones de ira, lujuria, orgullo, etc. que diariamente se manifiestan en nuestro interior.
“No hace daño lo que entra a la boca, porque a la letrina va, sino lo que sale de ella”. Jesús el Cristo
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