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miércoles, 31 de agosto de 2011

LA VIDA Y LOS REINOS

Continuando con esta reflexión sobre la Vida, podemos decir que las grandes verdades que conocieron, vivieron y comprendieron las culturas antepasadas, hoy día, son mitología Nadie o quizás, (con muy pocas excepciones), habrá personas que pueden conocer e investigar la vida que existe en los minerales y en la tierra, debido a la decadencia y a la pérdida de los sentidos extrasensoriales.

Lógico, no nos estamos refiriendo a la vegetación, nos queremos referir a los elementales de la tierra que se conocen como los Gnomos y Pigmeos. Estas criaturas son chispas divinales que también, como nosotros, obedecen a las corrientes de la vida dirigidas por leyes distintas a las nuestras, pero que obedecen a la escala musical del universo, “el Reino Vegetal". En éste encontramos billones de especies, desde luego, ocupando diferentes escalas en la evolución; son criaturas que, dentro de cada una de éllas, vibra y palpita una vida que, como nosotros, también aspira su liberación algún día.
 


Estas vidas están dirigidas por sabios Devas de la Naturaleza, quienes las instruyen para que conozcan la ciencia que los rige y así continuar en las diferentes escalas de la evolución; pero es la misma Vida, sólo se diferencia por el organismo en el cual esté establecida. 

En el Reino Animal, como en el anterior, también existen billones de manifestaciones de la vida; desde el insecto más pequeño hasta el mamífero más grande, obedeciendo a esa gran ley que, a través de sus sabios Devas o Instructores, les instruyen para que ellos también conozcan la ciencia que los rige. En este reino ya conocemos la manifestación sabia de los tres principios que originaron la creación.
 
En los insectos y algunos otros animales de poco tamaño ya vemos la manifestación del primercerebro. Me quiero referir al «cerebro motor o movimiento» el cual permite que ese animal se mueva en toda dirección, pero que en sí, no conoce sino una dimensión o sea, la línea recta. 

Posteriormente, viene el resto de animales, los cuales ya expresan la existencia de dos cerebros o sea: «cerebro motor y cerebro emocional»; estos animales sólo perciben dos dimensiones: “La profundidad y el ancho”. Esto nos hace ver como la Naturaleza va llevando la Vida dentro de un ordenamiento perfecto hasta llevarla a su máxima expresión de perfección y hasta dónde élla puede (mediante sus Leyes mecánicas), conducir la Evolución. 

Posteriormente, viene el Reino humano, dotado de tres cerebros y por lógica, de la razón; aquí vemos la perfecta integración que tienen nuestros organismos humanos con los reinos anteriormente descritos. 

El reino mineral tiene relación en nosotros con los huesos y la musculatura; el reino vegetal tiene relación en nosotros con el metabolismo, circulación, oxigenación, etc.; el reino animal tiene relación en nosotros con los procesos mecánicos e instintos que ejerce en nosotros la Naturaleza, entre otros: Conservación, Reproducción, Sobrevivencia.
 
El reino humano va ejerciendo el conocimientode los demás reinos y haciendo uso de un porcentaje de conciencia, puede producir en él (a voluntad), cambios, modificando de esta forma, el destino y las Leyes mecánicas que lo han regido en los demás reinos. 

A este organismo humano ya le es permitido conocer las tres dimensiones mediante la inteligencia, la razón y la capacidad que le confieren sus tres cerebros. 

Como ya dijimos, cerebro motor o movimiento nos permite desplazarnos en cualquier dirección; cerebro emocional nos permite conocer el ancho de las cosas y el cerebro pensante nos permite conocer el infinito espacio. 

Como usted ve, querido lector, hasta aquí la Naturaleza nos ha traído, enseñándonos la ciencia que nos rige en todos los reinos. Estas son Leyes mecánicas porque a toda esencia que pasa por estos reinos la rige; pero, de aquí para arriba, ya las leyes dejan de ejercer su acción y el ser humano, mediante una comprensión, voluntad y disciplina, debe producir la “Revolución de la Conciencia” para dejar de ser regido por Leyes mecánicas y pasar a ser dirigido por sabias Leyes que lo llevarán a su perfección.

Podemos decir con esto, que el ser humano hasta aquí está hecho, pero no perfeccionado. 

Remitiéndonos a los Textos Bíblicos, podemos decir que (con justa razón), se le llama al hombre: “Arquitecto de su propio Universo interior". 

Como nosotros sabemos, existen muchos Libros Sagrados que nos confirman esto. Están los Evangelios Apócrifos, los Evangelios Esenios, el Bhagavad-Gita y la Biblia Cristiana. Ninguno de estos Libros Sagrados desmiente el hecho de que, para que el ser humano se una con Dios, tiene que buscar su propia perfección; de lo contrario, no lo logra. 

No entendemos la razón por la cual, hoy día, a los “Buscadores de la Verdad se les dice que ésa la encuentran en tal o cual religión o secta; como que da miedo decir a la gente la verdad, porque, ¡claro!, se acabaría el comercio de almas, se acabaría el nego-cio con la religión; ya ninguna persona sería capaz de adorar a personas o ídolos, sólo le alcanzaría su tiempo para adorar a su Intimo, a su Dios interno, a su propia expresión de la Verdad; sólo bastaría un noble recinto para ubicar su altar y rendirle culto a la Divinidad.
 
Dicen las leyendas que, en una ocasión, los Dioses se reunieron y viendo que el hombre habíacaído en la degeneración, quisieron esconder el secreto de la Redención donde el hombre no lo encontrara. 

Unos dijeron que hicieran un hueco muy hondo y lo enterraran; otros dijeron: “¡No!, porque el hombre puede escarbar y encontrar el secreto”. 

Otro dijo: “Enterrémoslo en los fondos de los mares”; pero dijeron: “El hombre va a hacer submarinos y llegará hasta el secreto”. 

Otro dijo: “Ubiquémoslo en el espacio”; pero se dieron cuenta que el hombre construiría naves y también lo encontraría 

Por último, dijeron: “Vamos a esconderlo en el hombre, allí sí no podrá encontrarlo”. Lo escondieron en el corazón del mismo hombre, y los hechos lo han demostrado. 

El hombre ha buscado por todos los medios hacerse sabio; ha recorrido todo el mundo en que anda, pero se ha interesado muy poco en conocer el mundo en que vive; ha desarrollado todas las capaci-dades del Saber, se ha interesado muy poco en desarrollar el Ser; es decir, quiere hacerse sabio sin contar con Dios, su Creador.

VM Lakhsmi

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