No cabe la menor duda sobre el
aspecto desastroso de la “Auto-consideración
íntima”; ésta además de hipnotizar la
conciencia, nos hace perder muchísima energía.
Si uno no cometiera el error de
identificarse tanto consigo mismo, la Auto-consideración interior sería algo
más que imposible.
Cuando uno se identifica consigo mismo, se quiere
demasiado, siente piedad por sí mismo, se auto-considera, piensa que siempre se
ha portado muy bien con fulano, con zutano, con la mujer, con los hijos, etc.,
y que nadie lo ha sabido apreciar, etc., Total
es un santo y todos los demás unos malvados, unos bribones.
Una de las formas más corrientes de
auto-consideración íntima es la
preocupación por lo que otros puedan pensar sobre uno mismo; tal vez supongan
que no somos honrados, sinceros, verídicos, valientes, etc.
Lo más curioso de todo esto es que
ignoramos lamentablemente la enorme pérdida de energía que esta clase de
preocupaciones nos trae.
Muchas actitudes hostiles hacia
ciertas personas que ningún mal nos han hecho, se debe precisamente a tales
preocupaciones nacidas de la auto-consideración íntima.
En estas circunstancias,
queriéndose tanto a sí mismo, auto-considerandose
de este modo, es claro que al Yo o
mejor dijéramos los Yoes, en vez de
extinguirse se fortifican entonces
espantosamente.
Identificado uno consigo mismo se
apiada mucho de su propia situación y hasta le da por hacer cuentas.
Así es como piensa que fulano, que
zutano, que el compadre, que la comadre, que el vecino, que el patrón,, que el
amigo, etc., etc., etc., no le han pagado
como es debido a pesar de todas sus consabidas bondades y embotellado en esto
se vuelve insoportable y aburridor para todo el mundo.
Con un sujeto así, prácticamente no
se puede hablar porque cualquier conversación es seguro que va a parar a su
librito de cuentas y a sus tan cacareados sufrimientos.
Escrito está que en el trabajo
Esotérico Gnóstico, sólo es posible el crecimiento anímico mediante el perdón a los otros.
Si alguien vive de instante en
instante, de momento en momento,
sufriendo por lo que le deben, por lo que le hicieron, por las amarguras que le
causaron, siempre con su misma canción, nada podrá crecer en su interior.
La Oración del Señor ha dicho: «Perdónanos nuestras deudas así como nosotros
perdonamos a nuestros deudores».
El sentimiento de que a uno le deben, el dolor por los males que otros le
causaron, etc., detiene todo progreso interior del alma.
Jesús el gran Kabir, dijo: «Ponte de acuerdo con tu adversario pronto,
en tanto estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al
juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto os digo que
no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante». (Mateo V, 25,26).
Si nos deben, debemos. Si exigimos
que se nos pague hasta el último denario, debemos pagar antes hasta el último
cuadrante.
Esta es la «Ley del Talión», «Ojo
por ojo y diente por diente». «Círculo vicioso», absurdo.
Las disculpas, la cumplida
satisfacción y las humillaciones que a otros exigimos por los males que nos
causaron, también a nosotros nos es exigida aunque nos consideremos «Mansas
Ovejas».
Colocarse uno bajo leyes
innecesarias es absurdo, mejor es ponerse así mismo bajo nuevas influencias.
La ley de la misericordia es una influencia más elevada que la ley del hombre
violento: «Ojo por Ojo, diente por diente»
Es urgente, indispensable,
inaplazable, colocarnos inteligente mente bajo las influencias maravillosas del
trabajo esotérico gnóstico, olvidar que nos deben y eliminar en nuestra psiquis
cualquier forma de auto-consideración.
Jamás debemos admitir dentro de
nosotros, sentimientos de venganza, resentimiento, emociones negativas,
ansiedades por los males que nos causaron, violencia, envidia, incesante
recordación de deudas, etc., etc., etc.
La gnosis está destinada a aquellos
aspirantes sinceros que verdaderamente
quieran trabajar y cambiar.
Si observamos a las gentes podemos evidenciar en forma directa, que cada
persona tiene su propia canción.
Cada cual canta su propia canción
psicológica; quiero referirme en forma enfática a la cuestión esa de las
cuentas psicológicas; sentir que a uno le deben, quejarse, auto-considerarse,
etc.
A veces la gente «canta su canción, así por que sí» sin que se le dé
cuerda, sin que se le aliente y en otras ocasiones después de unas cuantas
copas de vino...
Nosotros decimos que nuestra
aburridora canción debe ser eliminada; ésta nos incapacita interiormente, nos
roba mucha energía.
En cuestiones de Psicología
Revolucionaria, alguien que canta demasiado bien, -no nos estamos refiriendo a
la hermosa voz, ni al canto físico-, ciertamente no puede ir más allá de sí
mismo; se queda en el pasado...
Una persona impedida por tristes
canciones no puede cambiar su Nivel de Ser; no puede ir más allá de lo que es.
Para pasar a un nivel Superior del
Ser, es preciso dejar de ser lo que se es; necesitamos no ser lo que somos.
Si continuamos siendo lo que somos,
nunca podremos pasar a un Nivel Superior del Ser.
En el terreno de la vida práctica
suceden cosas insólitas. Muy a menudo una
persona cualquiera traba amistad con otra, sólo porque le es fácil cantarle su
canción.
Desafortunadamente tal clase de
relaciones terminan cuando al cantante se le pide que se calle, que cambie el
disco, que hable de otra cosa, etc.
Entonces el cantante resentido, se
va en busca de un nuevo amigo, de alguien que esté dispuesto a escucharle por
tiempo indefinido.
Comprensión exige el cantante,
alguien que lo comprenda, como si fuera tan fácil comprender a otra persona.
Para comprender a otra persona es preciso comprenderse a sí mismo.
Desafortunadamente el buen cantante cree que se comprende a sí mismo.
Son muchos los cantantes decepcionados que cantan la canción de no ser
comprendidos y sueñan con un mundo maravilloso donde ellos son las figuras
centrales.
Sin embargo no todos los cantantes
son públicos, también los hay reservados; No cantan su canción directamente,
más secretamente la cantan.
Son gentes que han trabajado mucho, que han sufrido demasiado, que se
sienten defraudadas, piensan que la vida les debe todo aquello que nunca fueron
capaces de lograr.
Sienten por lo común una tristeza interior, una sensación de monotonía y
espantoso aburrimiento cansancio íntimo, o frustración a cuyo alrededor se
amontonan los pensamientos.
Incuestionablemente las canciones secretas
nos cierran el paso en el camino de la auto-realización íntima del Ser.
Desgraciadamente tales canciones
interiores secretas, pasan desapercibidas para sí mismo a menos que
intencionalmente las observemos.
Obviamente toda observación de sí,
deja penetrar la luz en uno mismo, en sus profundidades íntimas.
Ningún cambio interior podría
ocurrir en nuestra psiquis a menos de ser llevado a la luz de la observación de
sí.
Es indispensable observarse a sí
mismo estando solo, del mismo modo que al estar en relación con la gente.
Cuando uno está solo, «Yoes» muy diferentes, pensamientos muy distintos,
emociones negativas, etc., se presentan.
No siempre se está bien acompañado
cuando se está solo. Es apenas normal, es muy natural, estar muy mal acompañado
en plena soledad. Los «Yoes» más
negativos y peligrosos se presentan cuando se está solo.
Si queremos transformarnos
radicalmente necesitamos sacrificar nuestros propios sufrimientos. Muchas veces expresamos nuestros
sufrimientos en canciones articuladas o inarticuladas.
Capítulo 24, Psicología Revolucionaria, Samael Aun Weor
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