CAPITULO I
LOS CAUDILLOS
LOS CAUDILLOS
Parece que el tiempo se está encargando de dar la razón a las personas que en una u otra forma se han dado a la tarea de no creer en caudillos.
Esto para los entendidos tiene una explicación. Esa explicación es que hoy en día prevalece en todo y en todos la mentira, el engaño; a una persona que ande con la verdad son muchas las puertas que se le cierran.
La Humanidad, casi toda, hemos sido enseñados a que nos hagan promesas y mas promesas, a los discursos lúcidos; sin comprender que no son mas que anzuelos para conseguir votos y pueblo.
Si un político, en su campaña, habla de la realidad de las cosas y no hace promesas que él no puede cumplir, son muy
pocos los votos que consigue, pero si nos prometen muchas cosas, se consiguen votos; porque las personas siempre aspiramos a un día mejor, no nos queremos dar cuenta de que sobre este afligido mundo pesa un Karma muy grande y,
como dijéramos en el capítulo anterior, No hay Amor!, ¡No hay Caridad!, se desangra el pueblo, se desangran los países y nadie cree ser responsable de esto.
como dijéramos en el capítulo anterior, No hay Amor!, ¡No hay Caridad!, se desangra el pueblo, se desangran los países y nadie cree ser responsable de esto.
Toda persona que, día a día, se siente defraudado por promesas no cumplidas, se torna enemigo de los gobiernos, enemigo de los sistemas y dicen no creer en nada, ni en nadie.
Esto tiene una explicación lógica. Queremos que las personas y las masas hagan un cambio de fondo y hasta creemos que lo pueden hacer, pero, ¡Imposible!, porque estos caudillos por honestos y honrados que quieran ser, están impedidos.
Es necesario que cada uno de nosotros comprendamos que en esta época en que vivimos las soluciones las tiene cada persona para hacer un mundo mejor. No podemos, si somos serios y responsables en nuestra vida, seguir culpando a los demás de nuestro propio fracaso.
Todo hecho que se nos presente en la vida, bueno o malo, tiene una raíz, un comienzo; eso está en la violación de la Ley.
Nos hemos alejado de la Ley de Dios y, creamos o no creamos, aceptémoslo, o no, eso lo tenemos que pagar, nadie nos puede dar solución; como son muy pocas las personas que están dispuestas a realizar un cambio radical en su vida, pues es lógico que el Karma nos cobija a toda la Humanidad; esa es una de las razones por las cuales los Gobiernos, los Caudillos de la Humanidad se tienen que comportar así.
Cuando uno comprende que esto ya no tiene un remedio global, hay que buscarle una solución individual o sea que cada uno de nosotros se dedique a producir un mundo mejor sin depender mental ni psicológicamente de ninguna persona, de ningún gobierno, ni de ningún sistema.
Pero esto solo es posible teniendo la voluntad y la decisión de hacernos responsables de nuestra propia vida; quien se lanza a protestar contra los gobiernos, contra los sistemas o contra las personas que lo han engañado porque no le han cumplido sus promesas, no ha comprendido que es necesario tener una individualidad y no depender de nadie.
Toda persona tiene derecho a vivir; a vivir como quiera; los Caudillos tienen derecho a engañarnos, pero nosotros también tenemos el derecho a no dejarnos engañar y para eso es necesario ser independiente, vivir nuestra vida, no estar esperando que nos cumplan promesas que nos han hecho; el que así procede toda su vida, vivirá lamentándose de los procedimientos malos de los demás.
El hombre que aspire la Paz es necesario que se dedique a creer mas en sí mismo, tener más confianza en sí mismo y no depositar su fe y su confianza en los demás.
Cuando nos dedicamos a enriquecer nuestra mente con altruismo y con fe, comprendemos que nuestros fracasos y nuestros triunfos dependen de nosotros mismos.
Dios no hizo al hombre para que sea un fracasado, pero el hombre, por sus debilidades, ha fracasado.
Dejemos de ser débiles, dejemos de desconfiar de nosotros mismos, dejemos los temores, tengamos mas confianza en nosotros y más fe en Dios.
V.M.L.D.
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