A excepción
de las personas totalmente inválidas, todo ser humano tiene que servir para
algo en la vida. Lo difícil es saber para qué sirve cada individuo. Si hay algo
verdaderamente importante en este mundo, es Conocernos a Sí Mismos. Raro es
aquel que se conoce a sí mismo y aun cuando parezca increíble, es difícil
encontrar en la vida alguna persona que tenga desarrollado el Sentido
Vocacional.
Cuando
alguien está plenamente convencido del papel que tiene que representar en la
existencia, hace entonces de su Vocación un apostolado, una religión, y se
convierte de hecho y por derecho propio en un apóstol de la humanidad.
Quien
conoce su Vocación o quien la llega a descubrir por sí mismo, pasa por un
cambio tremendo. Ya no busca el éxito, poco le interesa el dinero, la fama, la
gratitud. Su placer está entonces en la dicha que le proporciona el haber
respondido a un llamado íntimo, profundo, ignoto, de su propia Esencia
Interior.
Lo más
interesante de todo esto es que el Sentido Vocacional nada tiene que ver con el
Yo, pues aunque parezca extraño, el Yo aborrece nuestra propia Vocación porque
el Yo solamente apetece jugosas entradas monetarias, posición, fama, etc.
El
Sentido de la Vocación es algo que pertenece a nuestra propia Esencia Interior,
es algo muy adentro, muy profundo, muy íntimo.
El Sentido Vocacional lleva al hombre a acometer con
verdadero denuedo y desinterés verdadero las más tremendas empresas a costa de
toda clase de sufrimientos y calvarios. Es por lo tanto apenas normal que el Yo
aborrezca la Verdadera Vocación.
El
Sentido de la Vocación nos conduce de hecho por la senda del Heroísmo Legítimo,
aun cuando tengamos que soportar estoicamente toda clase de infamias,
traiciones y calumnias.
El día
que un hombre pueda decir la verdad: "Yo sé quién soy y cuál es mi verdadera
Vocación", desde ese instante comenzará a vivir con Verdadera Rectitud y
Amor. Un hombre así vive en su obra y su obra en él.
Realmente
sólo son muy pocos los hombres que pueden hablar así con Verdadera Sinceridad
de corazón. Quienes así hablan son los selectos, aquellos que tienen en grado
superlativo el Sentido de la Vocación.
Hallar
nuestra Verdadera Vocación es fuera de toda duda el problema social más grave,
el problema que se encuentra en la base misma de todos los problemas de la
sociedad.
Encontrar
o descubrir nuestra Verdadera Vocación individual, equivale de hecho a
descubrir un tesoro muy precioso.
Cuando
un ciudadano encuentra con toda certidumbre y fuera de toda duda su verdadero y
legítimo oficio, se hace por este solo hecho, insustituible.
Cuando
nuestra Vocación corresponde totalmente y en forma absoluta al puesto que
estamos ocupando en la vida, ejercemos entonces nuestro trabajo como un
verdadero apóstol, sin codicia alguna y sin deseo de poder.
Entonces
el trabajo en vez de producirnos codicia, aburrimiento o deseos de cambiar de
oficio, nos trae dicha verdadera, profunda, íntima, aun cuando tengamos que
soportar pacientemente dolorosos vía crucis.
En la práctica hemos podido verificar que cuando el
puesto no corresponde a la Vocación del individuo, entonces sólo piensa en
función del "más".
El
mecanismo del Yo es el "más". Más dinero, más fama, más proyectos,
etc., etc., etc., y como es apenas natural el sujeto suele tornarse hipócrita,
explotador, cruel, despiadado, intransigente, etc.
Si
estudiamos la burocracia detenidamente, podemos comprobar que rara vez en la
vida el puesto corresponde a la Vocación Individual
Si
estudiamos en forma minuciosa los distintos gremios del proletariado, podemos
evidenciar que en muy raras ocasiones el oficio corresponde a la Vocación
Individual.
Cuando
observamos a las clases privilegiadas, ya sean del Este o del Oeste del mundo,
podemos evidenciar la falta total del Sentido Vocacional. Los llamados
"niños bien" ahora asaltan a mano armada, violan a indefensas
mujeres, etc., para matar el aburrimiento. No habiendo encontrado su puesto en
la vida, andan desorientados y se convierten en "rebeldes sin causa"
como para variar un poco.
Es
espantoso el estado caótico de la humanidad por estos tiempos de crisis mundial.
Nadie
está contento con su trabajo porque el puesto no corresponde a la Vocación;
llueven solicitudes de empleo porque nadie tiene ganas de morirse de hambre,
pero las solicitudes no corresponden a la Vocación de aquellos que solicitan.
Muchos
choferes deberían ser médicos o ingenieros. Muchos abogados deberían ser
ministros y muchos ministros deberían ser sastres. Muchos limpiadores de
calzado deberían ser ministros y muchos ministros deberían ser limpiadores de
calzado, etc, etc.
Las gentes están en puestos que no les corresponden,
que nada tienen que ver con su verdadera Vocación Individual. Debido a esto, la
máquina social funciona pésimamente. Esto es semejante a un motor que estuviese
estructurado con piezas
que no
le corresponden, y el resultado tiene que ser inevitablemente el desastre, el
fracaso, el absurdo.
En la
práctica hemos podido comprobar hasta la saciedad que cuando alguien no tiene
Disposición Vocacional para ser guía, instructor religioso, líder político o
director de alguna asociación espiritualista, científica, literaria,
filantrópica, etc., entonces sólo piensa en función del "más" y se
dedica a hacer proyectos y más proyectos con secretos propósitos inconfesables.
Es obvio
que cuando el puesto no corresponde a la Vocación Individual el resultado es la
explotación.
Por
estos tiempos terriblemente materialistas en que vivimos, el puesto de maestro
está siendo arbitrariamente ocupado por muchos mercaderes que ni remotamente
tienen vocación para el magisterio. El resultado de semejante infamia es la
explotación, crueldad y falta de verdadero Amor.
Muchos
sujetos ejercen el magisterio exclusivamente con el propósito de conseguir
dinero para pagar sus estudios en la Facultad de Medicina, Derecho o
Ingeniería, o simplemente porque no encuentran nada más que hacer. Las víctimas
de semejante fraude intelectual son los alumnos y las alumnas.
El
Verdadero Maestro Vocacional hoy en día es muy difícil encontrarlo y es la
mayor dicha que pueden llegar a tener los alumnos y alumnas de escuelas, colegios
y universidades.
La
Vocación del maestro está sabiamente traducida por aquella pieza de prosa
conmovedora de Gabriela Mistral titulada "LA ORACIÓN DE LA MAESTRA".
Dice la maestra de provincia dirigiéndose a lo Divinal, al Maestro Secreto:
"Dame el Amor único de mi escuela: que ni la
quemadura de la belleza sea capaz de robarle mi ternura de todos los instantes.
Maestro, hazme perdurable el fervor y pasajero el desencanto. Arranca de mí
este impuro deseo de mal entendida
justicia
que aún me turba, la mezquina insinuación de protesta que sube de mí cuando me
hieren, no me duela la incomprensión ni me entristezca el olvido de las que
enseñé.
Dame el
ser más madre que las madres, para poder amar y defender como ellas lo que no
es carne de mis carnes. Dame alcance a hacer una de mis niñas mi verso perfecto
y a dejarle clavada mi más penetrante melodía, para cuando mis labios no canten
más.
Muéstrame
posible tu evangelio en mi tiempo, para que no renuncie a la batalla de cada
día y de cada hora por él."
¿Quién
puede medir la influencia psíquica maravillosa de un maestro así inspirado con
tanta ternura por el sentido de su Vocación?
El
individuo da con su Vocación por una de estás tres vías. Primera: el
AUTO-DESCUBRIMIENTO DE UNA CAPACIDAD ESPECIAL. Segunda: LA VISIÓN DE UNA
NECESIDAD URGENTE. Tercera: LA MUY RARA DIRECCIÓN DE LOS PADRES Y MAESTROS que
descubrieron la Vocación del alumno o alumna mediante la observación de sus
aptitudes.
Muchos
individuos han descubierto su Vocación en determinado momento crítico de su
vida, frente a una situación seria que reclamaba inmediato remedio.
Gandhi
era un abogado cualquiera cuando con motivo de un atentado contra los derechos
de los hindúes en el África del Sur, hizo cancelar su pasaje de regreso a la
India y se quedó a defender la causa de sus compatriotas. Una necesidad
momentánea le encaminó hacia la vocación de toda su vida.
Los grandes benefactores de la humanidad han
encontrado su vocación ante una crisis situacional que reclamaba inmediato
remedio. Recordemos a Oliverio Cromwell, el padre de las libertades inglesas;
Benito Juárez, el forjador del nuevo
México;
José de San Martín y Simón Bolívar, padres de la independencia Suramericana,
etc., etc.
Jesús el
Cristo, Buddha, Mahoma, Hermes, Zoroastro, Confucio, Fuji, etc., fueron hombres
que en determinado momento de la historia supieron comprender su Verdadera
Vocación y se sintieron llamados por la Voz Interior que emana del Intimo.
La
Educación Fundamental está llamada a descubrir por diversos métodos la
capacidad latente de los estudiantes. Los métodos que la pedagogía extemporánea
está utilizando por estos tiempos para descubrir la Vocación de los alumnos y
alumnas, son fuera de toda duda crueles, absurdos y despiadados.
Los
cuestionarios vocacionales han sido elaborados por mercaderes que
arbitrariamente ocupan el puesto de maestros.
En
algunos países antes de entrar a preparatorias vocacionales, se somete a los
alumnos a las crueldades psicológicas más horribles. Se les hacen preguntas
sobre matemáticas, civismo, biología, etc. Lo más cruel de estos métodos son
los famosos test psicológicos, índice I.Q., íntimamente relacionados con la
prontitud mental.
Según
sea el tipo de respuesta, según se califiquen, el estudiante es entonces
embotellado en uno de los tres bachilleratos. Primero: Físico-Matemáticos.
Segundo: Ciencias Biológicas. Tercero: Ciencias Sociales.
De los
Físico-Matemáticos salen ingenieros, arquitectos, astrónomos, aviadores, etc.
De las
Ciencias Biológicas salen farmacéuticos, enfermeras, biólogos, médicos, etc.
De las Ciencias Sociales salen abogados, literatos,
doctores en filosofía y letras, directores de empresa, etc.
El plan
de estudio en cada país es diferente, y es claro que no en todos los países
existen tres bachilleratos distintos. En muchos países sólo existe un
bachillerato y terminado éste, el alumno pasa a la universidad. En algunas
naciones no se examina la capacidad vocacional del estudiante y éste ingresa a
la facultad con el deseo de tener una profesión para ganarse la vida, aun cuando
ésta no coincida con sus tendencias innatas, con su Sentido Vocacional.
Hay
países donde se examina la Capacidad Vocacional de los estudiantes y hay
naciones donde no se les examina. Absurdo es no saber orientar vocacionalmente
a los estudiantes, no examinar sus capacidades y tendencias innatas. Estúpidos
son los cuestionarios vocacionales y toda esa jerga de preguntas, test
psicológicos, índice I.Q., etc.
Esos
métodos de examen vocacional no sirven porque la Mente tiene sus momentos de
crisis y si el examen se verifica en un momento de esos, el resultado es el
fracaso y desorientación del estudiante.
Los
maestros han podido verificar que la mente de los alumnos tiene, como el mar,
sus altas y sus bajas mareas, sus plus y sus minus. Existe un Biorritmo en las
glándulas masculinas y femeninas. También existe un Biorritmo para la mente.
En
determinada época las glándulas masculinas se encuentran en plus y las
femeninas en minus o viceversa. La Mente tiene también su plus y su minus.
Quien
quiera conocer la ciencia del Biorritmo le indicamos se estudie la famosa obra
titulada "BIORRITMO" escrita por el eminente sabio Gnóstico-Rosacruz,
Doctor Arnoldo Krumm-Heller, médico coronel del ejército mexicano y profesor de
medicina de la Facultad de Berlín.
Nosotros
afirmamos enfáticamente que una crisis emocional o un estado de nerviosismo
psíquico ante la difícil situación de un examen, puede llevar a un estudiante
al fracaso durante el examen pre-vocacional.
Nosotros
afirmamos que un abuso cualquiera del Centro del Movimiento producido tal vez
por el deporte, por una excesiva caminata o por trabajo físico arduo, etc.,
puede originar crisis intelectual aun cuando la Mente se halle en plus, y
conducir al estudiante al fracaso durante un examen pre-vocacional.
Nosotros
afirmamos que una crisis cualquiera relacionada con el Centro Instintivo, tal
vez en combinación con el placer sexual, o con el Centro Emocional, etc., puede
llevar al estudiante al fracaso durante un examen pre-vocacional.
Nosotros
afirmamos que una crisis sexual cualquiera, un síncope de sexualidad reprimida,
un abuso sexual, etc., puede ejercer su influencia desastrosa sobre la Mente
llevándola al fracaso durante un examen pre-vocacional.
La
Educación Fundamental enseña que los Gérmenes Vocacionales se hallan
depositados no solamente en el Centro Intelectual, sino también en cada uno de
los otros Cuatro Centros de la psico-fisiología de la Máquina Orgánica.
Es
urgente tener en cuenta los Cinco Centros Psíquicos llamados: INTELECTO,
EMOCION, MOVIMIENTO, INSTINTO, SEXO. Es absurdo pensar que el Intelecto es el
único centro de cognición. Si se examina exclusivamente el Centro Intelectual
con el propósito de descubrir las aptitudes vocacionales de determinado sujeto,
además de cometerse una grave injusticia que resulta de hecho muy perjudicial
para el individuo y para la sociedad, se incurre en un error porque los
gérmenes de la Vocación no sólo se hallan contenidos en el Centro Intelectual
sino también además, en cada uno de los otros Cuatro Centros Psicofisiológicos
del individuo.
El único
camino obvio que existe para descubrir la verdadera Vocación de los alumnos y
alumnas es el Amor Verdadero.
Si
padres de familia y maestros se asocian en mutuo acuerdo para investigar en el
hogar y en la escuela, para observar detalladamente todos los actos de los
alumnos y alumnas, podrán descubrir las tendencias innatas de cada alumno y
alumna.
Ese es
el único camino obvio que permitiría a padres y maestros descubrir el Sentido
Vocacional de los alumnos y alumnas.
Esto
exige Amor Verdadero de padres y maestros, y es obvio que si no existe
Verdadero Amor de los padres y madres de familia y auténticos maestros
vocacionales capaces de sacrificarse de verdad por sus discípulos y discípulas,
tal empresa resulta entonces impracticable.
Si los
gobiernos quieren de verdad salvar a la sociedad, necesitan expulsar a los
mercaderes del templo con el látigo de la Voluntad.
Debe
iniciarse una Nueva Época Cultural difundiendo por doquiera la doctrina de la
Educación Fundamental.
Los
estudiantes deben defender sus derechos valerosamente y exigir a los gobiernos
Verdaderos Maestros Vocacionales. Afortunadamente existe el arma formidable de
las huelgas y los estudiantes tienen esa arma.
En
algunos países ya existen dentro de las escuelas, colegios y universidades
ciertos maestros orientadores que realmente no son vocacionales, el puesto que
ocupan no coincide con sus tendencias innatas. Estos maestros no pueden
orientar a los demás porque ni así mismos pudieron orientarse. Se necesita con
urgencia Verdaderos Maestros Vocacionales capaces de orientar inteligentemente
a los alumnos y alumnas.
Es
necesario saber que debido a la pluralidad del Yo, el Ser Humano representa
automáticamente diversos papeles en el Teatro de la Vida. Los muchachos y muchachas
tienen un papel para la escuela, otro para la calle y otro para el hogar.
Si se quiere descubrir la Vocación de un joven o de
una joven, hay que observarlos en la escuela, en el hogar y aún en la calle.
Este trabajo de observación sólo pueden realizarlos los padres y maestros
verdaderos en íntima asociación.
Entre la
pedagogía anticuada existe también el sistema de observar calificaciones para
deducir vocaciones. El Alumno que se distinguió en civismo con las más altas
calificaciones es entonces clasificado como un posible abogado, y el que se
distinguió en biología se le define como un médico en potencia, y el que en
matemáticas como un posible ingeniero, etc.
Este
sistema absurdo para deducir Vocaciones es demasiado empírico porque la Mente
tiene sus altas y sus bajas y no sólo en la forma total ya conocida, sino
también en ciertos estados particulares especiales.
Muchos
escritores que en la escuela fueron pésimos estudiantes de gramática,
descollaron en la vida como verdaderos maestros del lenguaje. Muchos ingenieros
notables tuvieron siempre en la escuela peores calificaciones en matemáticas y
multitud de médicos fueron en la escuela reprobados en biología y ciencias
naturales.
Es
lamentable que muchos padres de familia en vez de estudiar las aptitudes de sus
hijos, sólo vean en ellos la continuación de su querido Ego, Yo Psicológico, Mí
Mismo.
Muchos
padres abogados quieren que sus hijos continúen en el bufete y muchos dueños de
negocios quieren que sus hijos continúen manejando sus intereses egoístas sin
interesarles en lo más mínimo el Sentido Vocacional de ellos.
El Yo quiere siempre subir, trepar al tope de la
escalera, hacerse sentir y cuando sus ambiciones fracasan, entonces quieren
lograr por medio de sus hijos lo que por sí mismos no pudieron alcanzar. Estos
padres ambiciosos meten a sus muchachos y muchachas en carreras y puestos que
nada tienen que ver con el sentido vocacional de éstos.
EDUCACION FUNDAMENTAL, SAMAEL AUN WEOR
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