Gnosis Trascendental TV

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sábado, 4 de enero de 2014

CAMBIAR LA MANERA DE PENSAR


Ante todo, es necesario conocer las leyes del trabajo esotérico gnóstico, si es que en realidad de verdad que­remos un cambio radical y definitivo.

En nombre de la verdad, diremos que si por alguna parte hemos de empezar a trabajar sobre sí mismos, tiene que ser en relación con la mente y con el senti­miento.

Sería absurdo empezar a trabajar con el centro mo­tor, por ejemplo. Como sabemos se relaciona con los hábitos, costumbres y acciones de tal centro. Obviamen­te, esto sería como empezar con un fakirismo absurdo.

A propósito de fakires, en la India hay fakires que, por ejemplo, levantan un brazo en alto y lo sostienen por tiempo indefinido hasta que llega a quedar rígido. Hay otros que permanecen firmes en un lugar durante veinte o treinta años, hasta convertirse en verdaderas estatuas.

Mas, después de todo, ¿qué es lo que ganan esos fakires? Desarrollar un poco la fuerza de la voluntad, y eso es todo. No podemos pensar que ellos vayan a crear el cuerpo de la voluntad consciente. Es claro que no. No se puede crear un cuerpo fuera de la Novena Esfera. Si fuera posible crear un cuerpo en ausencia de la Novena Esfera, nosotros hubiéramos nacido, pues, del aire, de las aguas de un lago o de una roca, y no seríamos hijos de un hombre y de una mujer. Pero, so­mos hijos, en verdad, de un hombre y de una mujer. Entonces, la creación siempre se realiza en la Novena Esfera. Eso es obvio.

Así pues, ningún fakir podría crear el cuerpo de la voluntad consciente lejos de la Novena Esfera.

Nada ganan, pues, los que se dedican al fakirismo. Excepto, desarrollar un poco la fuerza de la voluntad y eso es todo.

Empezar por el centro motor sería absurdo.

Aún más, empezar a trabajar con el centro sexual, sin tener una información correcta del cuerpo de doc­trina gnóstico, es absurdo. Pues, el que empieza en esas condiciones, no sabe lo que está haciendo, no tiene con­ciencia clara sobre el trabajo en la Forja de los cíclopes. Puede caer en gravísimos errores.

Recordemos que el primer centro es el intelectual el segundo el motor, el tercero el emocional, el cuarto el instintivo y el quinto el sexual. Existe también el sex­to que es la emoción superior y el séptimo, el mental superior.

Pero si empezáramos, en realidad de verdad, con los centros inferiores de la máquina orgánica, caería­mos en el error.

Antes que todo, en estos estudios, debemos empe­zar por los centros intelectual y emocional.

Necesitamos cambiar nuestra forma de pensar, de lo contrario, marcharemos por camino equivocado.

¿De qué serviría, por ejemplo, que ustedes asistie­ran a estas cátedras y no cambiaran la forma de pen­sar? Aquí se les dan muchos ejercicios esotéricos, se les orienta doctrinariamente. Pero si ustedes no cam­bian vuestra forma de pensar, ¿de qué sirve todo