Gnosis Trascendental TV

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viernes, 23 de septiembre de 2011

EL HOMBRE Y SU VIDA

Si analizamos este drama que vive cada persona, no encontramos dos personas en el mundo que vivan el mismo drama en lo mental, en lo psicológico y en lo físico. Algo o mucho tiene de diferencia la vida de cada persona. Esto nos indica que cada uno de nosotros debe tomar muy en serio el drama de su vida. ¿Por qué lo vive así?; ¿por qué esos eventos?; ¿qué participación tienen otras personas en nuestro drama?, o, ¿qué participación tenemos en el drama de otros?

Si cada evento que hace su aparición en nuestra vida tiene una causa, ésta produce en nosotros un efecto, ¿dónde está la causa?; ¿cómo y cuándo se originó?. 

Podemos encontrar el caso de una persona traicionada por el ser querido; esta persona se pregunta por qué le sucede eso y, lógico, descarga todas sus presiones sobre la persona que lo ha traicionado. Pero, ¿le sucede por simple coincidencia o por casualidad?. 

La lógica nos dice que no; que eso tiene una causa y lo que estamos sufriendo no es más que el efecto de esa causa; podría ser que esa persona ofendida para terminar con este problema mate a la persona que lo ha ofendido creyendo con esto que el problema se ha solucionado. Lo que hizo fue agravarse, porque la Ley de los hombres y la Ley de Dios entra en acción por otra causa, produciendo mayor efecto. 

La Ley de los hombres castiga el asesinato y la Ley de Dios cobra la violación del Quinto Mandamiento y el problema continúa igual; en la próxima vida se encuentran esas dos personas y, a la misma edad, por Ley de Recurrencia, aparece el drama.

Con justa razón, el Avatara de Acuario, Samael Aun Weor, dice que: “No basta resolver problemas, sino eliminar problemas”. 

Si esta persona, despreciada, sacrifica ese dolor para liberar la Conciencia que tiene atrapada por el cariño a otra persona, ese Yo que tenía, ese compromiso con esa persona muere y no se repite el mismo drama. Queremos decir que todo esto se llama en esoterismo, «eliminar problemas» 

Desde luego es necesario y conveniente que la persona que va a hacer este trabajo esté dispuesto a descomplicarse, esté dispuesto a eliminar todos esos programas que trae en su mente y en su psiquis. 

Todo programa que nosotros tenemos en la mente, tiene sus propios Yoes que lo alimentan y están dispuestos a actuar con violencia el día o el momento que, a esos programas, no se les dé un fiel cumplimiento. 

Una persona programada por una religión, por un partido político, por la creencia en una patria, por la creencia que es bonito, que es feo, blanco o negro, por la creencia de que todo el mundo lo quiere, por la creencia que es muy adinerado, si no desintegra esos programas psicológicos, no puede producir un cambio en su vida.

Cuando cada uno de nosotros ha comprendido todo esto, se da cuenta que hay que recibir consejos, y aprender de todo el mundo; pero nadie debe programarnos y esto tiene dos razones muy definidas: 

PRIMERO: El programa que nos ponen no concuerda con nuestra particularidad o individualidad. 

SEGUNDO: Como es un programa hecho por personas que tienen otro punto de vista al nuestro, nunca vamos a adaptarnos perfectamente a ese programa, ni mucho menos comprenderlo a fondo. 

Querido lector, ¿se ha detenido usted alguna vez a analizar, a indagar, a comprender, qué es la libertad?; todo lo que conocemos como tal, tiene parte de la libertad, pero no es la libertad. 

Si un país está siendo invadido por otro, pide ayuda a sus aliados y éstos se la dan; pero, de inmediato, le imponen los programas que éllos llevan y las gentes se dan el lujo de decir: “¡Fuimos libertados por fulano!”, pero, ese fulano, hace que se cumpla lo que él impone. 

No podemos ser libres si no aprendemos a ver la vida con la realidad que tiene.

Es necesario que aprendamos a ser espectadores de nuestra vida y no actores de nuestros dramas. 

Un actor de un drama tiene que haber estudiado el libreto con anterioridad para hacer ese papel bien hecho. 

Si nosotros analizamos esto, el actor que ha estudiado el libreto de nuestra vida con mucha anterioridad, es el Ego, porque él es memoria y es Recurrencia; entonces, nosotros no tenemos por qué tener una vida programada. 

Debemos aprender a vivir de momento en momento y también debemos tener la voluntad y disciplina para cuando tales actores o Yoes quieran presentar su drama, poder conocer quienes son y no ser partícipes de un evento o un drama relacionados con unos cuantos Yoes nuestros que, a su hora y su momento, se han encontrado con los Yoes de otras personas y han formado una verdadera hecatombe, haciéndonos perder el control y la Conciencia que tenemos; es decir, nuestra vida se convierte en una verdadera fatalidad.
 
Cuando nosotros nos proponemos desintegrar los programas que tenemos grabados en la mente y en la psiquis, todos esos Yoes gritones y pendencieros que sustentan y apoyan a esos programas quedan sin empleo; es decir, es como una empresa que, cuando se queda sin todos esos obreros, el personal técnico es echado a la calle, quedan sin sus empleos; es decir, quedan con unos cuantos reales para sostenerse unos días. Si no consiguen nuevos empleos para su sustento, no tienen qué comer. Así son esas legiones de Yoes. 

Cuando nosotros vamos eliminando esos programas, nos vamos descomplicando. Todos esos Yoes quedan sin tener qué hacer; simplemente les queda un poco de energía que habían adquirido de nosotros y, si permanecemos alertas y vigilantes, no dejamos que nazcan en nosotros nuevas complicaciones que les vayan a dar cabida o empleo a todos esos desordenados obreros o Yoes que tenemos sometidos a la auto-observación y a la muerte por inanición. 

No olvide, querido lector, que estas líneas son enseñanzas para los inquietos y buscadores de la Luz; no son para aquellas personas que se conforman con nombrar el bien y el mal, el cielo y el infierno y, desde luego, que como ha sido su vida y como sigue siendo, creen que van muy bien.

En esas condiciones no somos más que simples sombras dándoles refugio, comida y abrigo a una legión de demonios que en nuestro interior llevamos. 

Como ya dijimos, cada uno de estos elementos, cumpliendo, quizás a cabalidad, con su triste y terrible papel de convertirnos y manejarnos como títeres y, lo peor de todo esto (como ya decíamos), es que las personas las cuales consideramos que nos pueden orientar y guiar en esto de lo espiritual (en este caso deberían ser los guías religiosos), también son máquinas programadas, pobres dormidos, llenos de amor propio, orgullo y fanatismo; predicando a lo lindo lo que los grandes hombres de la historia han hecho, pero sin comprender que eso es para que cada persona lo viva, y, a través de esas enseñanzas, darnos cuenta que estamos dormidos. 

Lo que aquí estamos enseñando no es para teorizar más, sino para despertar y darnos plenamente cuenta del papel que estamos haciendo y el lugar que ocupamos en relación a la vida. 

Todo este proceso y aspectos de la vida que hasta aquí hemos analizado, corresponde netamente a la vida mecánica del humanoide, como dice el V.M. Samael, «equivocadamente llamado hombre».

VM Lakhsmi

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